jueves, 10 de enero de 2008

GRAFITAZOO


Casi en una tónica rupestre, pero diferido por una impronta posmoderna: la velocidad, lo digerible, lo rápido: el texto corto..., y que podría desvirtuar el posible tema: el acto amatorio y el goce erótico explicado en ese largo proceso que significó la aparición de la especie humana (y miles de años después, el inicio de la escritura) hasta su vigencia actual; desde supuestas perspectivas teóricas como la evolucionista darwiniana: la vida se originó en el mar, por eso se cita: «branquias/ en proceso», «(soy) el animal que traigo como prueba// de los mares», y que se antepone a la versión histórica que logró consolidarse en el proceso civilizatorio y que todavía la mantienen en vigencia los bíblicos: Dios hizo al hombre, por eso otro verso afirma: «estos peces —ahora— descienden de las aves». De ahí que aparecen imágenes de rituales, casi chamánicos: «coge mi cuerpo para ahuyentar a los espíritus», «las abs perdidas en el fuego», y el acto de amarse como «argumentos/ visuales/ del fuego// al escamar», o, «tus picos// algo para el insomnio», para concebir y «estar creando jaurías» (por no decir civilizaciones), que van de la mano de la palabra misma en «sonido(s) al óleo» en «mito(s) silábico(s)» (o viceversa) y terminar después como «sombras de pescado muertas al aire libre».

Hay, para mi gusto personal, un desmedido ejercicio minimalista (algunos versos sin sabor); de ahí el hermetismo prosaico —en su primera acepción— y verbal; por ello, el texto es quizá la descripción —de dicho acto y a través de la razón— de (o en) un graffiti (éste se explica como una expresión popular de pintura o inscripción, anónima y marginal, realizada en paredes u otras superficies —una cueva por ejemplo—, cuyas características suelen tener una connotación reivindicatoria de carácter social o política algunas veces, y otras, solo lúdicas y artísticas) quizá cavernario o quizá de nuestro tiempo: «... los animales del aerosol», a través de otro graffiti, a manera de un redescubrimiento o reinvención del petroglifo, pero esta vez posmoderno y en papel, o sea, un ‘papelglifo’, por llevar impresa la firma del autor: Juan Yufra, integrante y co-fundador del “fantasmal” grupo literario Triángulo, quien desde hace varios años radica en Arequipa y ha sido ganador del primer premio del concurso de poesía Guillermo Mercado, organizado por la Municipalidad Distrital de Yanahuara en el 2004. Ya en 1998 con Búhos escarbados, se preveía este ejercicio —me excuso por la redundancia, aunque es posible que, contrario al negocio, el autor aquí sí tenga la razón— hermético y minimalista, y he aquí el resultado: «el viento// girando alrededor de las aves// concluye». Fin de teorías. Todo es práctica.

Quiero puntualizar algo: ésta es solamente una apreciación de algo que «busca reconstruir en la expresión poética un devenir tartamudo que alcanza algunos grafismos con las limitaciones de la memoria y la ufana síntesis de la razón» (estoy citando a José Gabriel Valdivia) pues, desorientado por la marea, mi cuerpo también acabará devorado por los cangrejos, «así/ no he leído nada» y éste (y todas las enciclopedias) seguirá siendo tan sólo, una más de «la(s) teoría(s) de los peces».

Graffiti de zoo, 46 pp.
Juan Yufra

Arequipa, Triángulo Ediciones, 2003.

Más sobre el autor ver Urbanotopía, su blog o su web oficial

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola me gusto tu comentario del grafiti... muy buena informacion :)
saludos
Mari
Pd: dijiste escribeme porque le dices a todos las paginas q entras :) pero valio la pena entrar a tu pagina te leere mas seguido

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